jueves, 30 de agosto de 2007

¿Qué es la historia de una actividad de aprendizaje?

La historia de una actividad de aprendizaje

En el trabajo docente hay que dar una atención especial a los elementos de la llamada terna dorada: Planeación, Instrumentación, Evaluación. A modo de ilustración se presenta cómo se puede planear, instrumentar y evaluar una sesión de resolución de problemas.

1. La Planeación de una Sesión de Trabajo
Una manera de organizar una sesión a partir de una actividad, que permite generar información sobre estos aspectos en cada instrumentación, conformando una ‘historia del problema’ o, en general, de la actividad de aprendizaje comprende las fases siguientes. La fase de planeación requiere un análisis de la actividad desde un marco de referencia y el registro por escrito de ese análisis. Esto le permitirá al profesor definir previamente no sólo la actividad que trabajará, cuál es el objetivo de la sesión y los tiempos disponibles, sino también cuáles son los obstáculos con los que se puede topar el alumno, cuáles van a ser sus actitudes ante los obstáculos, hasta donde debe llegar la sesión y en caso de no lograrlo qué hará para cumplir sus objetivos. Uno de los objetivos de la planeación es hacer explícitas nuestras expectativas.
Por supuesto que lo que ocurrirá en la sesión de trabajo no puede estar completamente definido. Dentro del salón de clases el profesor toma decisiones constantemente con base en el marco de referencia que le brindan los documentos de la planeación y la información que va registrando durante la sesión. La planeación, entonces, debe ser flexible.



Figura 1. La planeación de un problema.


Los documentos que concretarán la planeación son:
Propósito de la actividad: que se manejará no únicamente desde la perspectiva de un contenido programático sino considerando las representaciones que articula (gráfica, aritmética, textual, icónica, etc), los aprendizajes que prepara, las categorías de resolución de problemas y los objetivos institucionales. El propósito de la actividad debe considerar que no todos los aprendizajes pueden ser inmediatos y que hay cuestiones que sólo se logran a largo plazo.
Recomendaciones durante la actividad: Cada uno de estos documentos está enfocado a los momentos que constituyen la sesión de trabajo, son una guía que nos permite dirigir la sesión hacia el objetivo establecido, sin desvirtuar la actividad.
Lineamientos para la interacción con los equipos: darán las pautas a seguir en la interacción del profesor con los alumnos mientras realizan la actividad. La intervención de un profesor debe estar guiada por el ambiente, en el sentido de no invalidar el trabajo de los alumnos ni privarlos de la satisfacción de encontrar la solución por ellos mismos.

Figuras 2. La interacción del profesor con un equipo.

Figura 3. La interacción del profesor con un equipo. Las interacciones durante la discusión del trabajo de un equipo.


b) Guión de la discusión: brinda un marco para la conducción de la discusión. Se consideran los posibles desarrollos de las soluciones y se establecen los lineamientos para la participación del profesor.
Recomendaciones para la evaluación de la actividad: La evaluación de la actividad debe considerar por lo menos:
a) Solución de referencia: Esta solución se elabora considerando los conocimientos que se ponen en juego durante la resolución del problema o la realización de la actividad.
b) Precepto de evaluación: Este documento contiene la descripción de los estándares de evaluación de un problema en particular. El precepto debe reflejar los principales aspectos del problema y aportar información útil para orientar el curso de las acciones del profesor y del estudiante ya sea para avanzar o profundizar en los contenidos que se pusieron en juego en el problema o para corregir las ideas erróneas que se hayan identificado.

2. La Instrumentación
La planeación debe tomar en cuenta los cursos diversos que puede seguir la acción durante la instrumentación y sus posibles consecuencias en función de los propósitos de la sesión.
No es conveniente prodigar los comentarios ni las reformulaciones. Sin embargo, hay algunas intervenciones en las que se pueden solicitar aclaraciones, precisiones, explicaciones, justificaciones, cuando el profesor advierte indicios de perplejidad o incomodidad en el equipo o en el grupo que no logran formularse. La disyuntiva fundamental del profesor es decidir cuándo conviene detenerse para profundizar algún aspecto matemático.
Las intervenciones del profesor deben estar guiadas por los lineamientos para la interacción con los equipos y por el guión de la discusión de tal manera que no se vaya a desvirtuar la experiencia de aprendizaje que le corresponde disfrutar a los estudiantes con comentarios impacientes o irreflexivos. Hay un principio básico para que la planeación resulte útil: antes de hablar, hay que escuchar.

3. La Evaluación de la Actividad
Después de realizada la actividad el profesor debe evaluar la efectividad y los resultados que se obtuvieron. No se trata sólo de la evaluación de los conocimientos, habilidades, actitudes y transferencia del alumno. La evaluación de la actividad debe aportar información útil y confiable para mejorar el diseño de la actividad.
Además de la evaluación en los alumnos, se tiene la evaluación de la actividad y parte importante de ella es ‘historiar el problema’. La idea es contrastar los análisis previo y posterior a la instrumentación para hacer un registro cada vez más robusto de las interacciones posibles, las formas de comprensión y el uso de las matemáticas que hacen los alumnos, se puede complementar muy provechosamente con la investigación de los problemas y las condiciones en que se originaron los conceptos que se ponen en juego. Pero, puesto que nuestra perspectiva es la del profesor, y lo que necesariamente hace el profesor es trabajar con los alumnos, hemos optado por basarnos en nuestra experiencia y en la disposición de hacer explícitas nuestras expectativas para que, aun cuando nuestro primer análisis sea muy rudimentario, se vaya robusteciendo en las sucesivas puestas en escena, de tal manera que esta historia del problema se constituya en un saber propio del profesor generado en su práctica. Los registros audiovisuales brindan la oportunidad de aprovechar las ventajas de un análisis más detenido para incorporar sus resultados en las historias de los problemas.



Figura 4. La historia de un problema.


Las primeras versiones de la historia de una actividad pueden ser muy rudimentarias, e incluso contener sólo esbozos de algunos de los documentos que la integran, pero las contribuciones de los profesores las convierten rápidamente en un robusto conjunto de referencias que puede ser muy útil al profesor. Así se concreta una de las ideas principales de una organización profesional: la comunidad apoya sustancialmente el ejercicio profesional del individuo.

Una manera de asegurarnos de que no olvidamos alguno de los documentos de tu historia es usar una tabla de control:

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es un planteamiento muy ambicioso que cuestiona la forma habitual de llevar nuestras clases. ¡Será posible hacer historias para cada actividad de un curso?